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jueves, 21 de enero de 2010

UN TIPO SERIO


Vuelven los hermanos Coen por tercer año consecutivo y después de conseguir los dos mayores éxitos comerciales de sus carreras, la magistral No Es País para Viejos y la notable sátira Quemar después de Leer. Esta vez, pero, retornan con un cine mucho más intimista con pinceladas autobiográficas.

Un Tipo Serio deja clara su premisa desde el principio del film y la mantiene hasta el final. No engaña a nadie. El problema es que no transmite esa sensación (creo que es lo que los cineastas buscaban, y es una opinión personal) y uno sale de ver la película de muy mala leche.

Me explico. La peli empieza con una mini-historia que lo único que te deja claro es que no queda nada claro. Y esta es la mejor explicación que os puedo dar, de verdad... A partir de ahí, el film sigue este hilo durante todo el metraje al pie de la letra desviando la atención con una historia dual padre/hijo. Y hasta aquí puedo leer... o escribir, vaya.

De ahí, que uno salga del cine con tal mala leche y se vaya a dormir cagándose en los hermanos Coen. Pero recordando la película en frío, uno se da cuenta de que el largometraje acaba como tiene que acabar. Y esto te hace dudar aún más porque, al igual que pasa con el protagonista del film, sólo te queda claro que nada te queda claro.

Técnicamente, Un Tipo Serio es impecable. Los Coen han vuelto a contar con la fotografía de Roger Deakins (para mi el sucesor del genio Conrad L. Hall), un hombre que no ha ganado ningún Oscar en esta categoría todo y encargarse de Kundun, El Hombre Que Nunca Estuvo Allí, El Asesinato de Jesse James por el Cobarde Robert Ford o No Es País para Viejos. Y como siempre, la dirección de actores es excelente, a pesar de no contar con ninguna cara conocida.

Total, que los Coen se han cascado una de las pelis más desafiantes de los últimos años. Tan desafiante que no soy capaz de poner una nota. Y eso me gusta y me jode de igual manera.