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jueves, 18 de febrero de 2010

EL HOMBRE LOBO



A la espera de ver y escribir sobre Shutter Island, el último film del genial Martin Scorsese, os dejo con la crítica de El Hombre Lobo.

El Hombre Lobo es la primera superproducción del año. Con un presupuesto inicial de 80 millones de dólares y con el más que interesante Mark Romanek detrás las cámaras, la producción protagonizada por Benicio Del Toro tenía que convertirse en una de las apuestas más interesantes de Universal del 2008 (sí sí, ¡2008!). Pero la excusa de las llamadas "diferencias creativas" por parte de Romanek (¿realmente creía que podía tener libertad total en una superproducción? Para ser James Cameron, Christopher Nolan o Steven Spielberg hay que ser James Cameron, Christopher Nolan y Steven Spielberg) hizo que el infravalorado Joe Johnston cogiera las riendas del proyecto y tuviera que afrontar todos los dolores de cabeza dejados por el anterior realizador. El presupuesto subió hasta los 150 millones (gastos de publicidad incluidos) y la película fue editada varias veces, lo que hizo que el estreno del film se retrasara hasta abril de 2009 en una primera ocasión para pasar a Noviembre del mismo año hasta acabar a la fecha actual, el 12 de Febrero de 2010.

Y ese es el principal problema del film. Jonhston hace un gran trabajo detrás de las cámaras pero su fuerza visual se ve aturdida por un horrible guión escrito y retocado por Andrew Kevin Walker y David Self, respectivamente. Yo me pregunto cómo el guionista de Seven y el de Camino a la Perdición han podido escribir algo así.

A esto le sumamos otra de las molestas bandas sonoras de Danny Elfman (con coros incluidos, of course) que, además, copia de manera descarada la genial partitura de Dracula, dirigida por Francis Ford Coppola.

Benicio Del Toro y el gran Hugo Weaving hacen lo que pueden para otorgar un aire de credibilidad a la historia pero ésta tiene más agujeros que un queso gruyer. Anthony Hopkins se pasea como un rey, lo que no sé si es bueno o malo, y añade escenas propias como la de él tocando el piano y manchándolo de sangre a medida que va cambiando de teclas (estoy seguro que fue él porque hizo lo mismo en Hannibal...).

Menos mal que ahí está Joe Johnston, quien dirige las escenas de acción con mucha garra (nunca mejor dicho) como ya demostró en Rocketeer, Océanos de Fuego o, incluso, la simpática tontería que fue Jumanji.

Las excelentes escenas de las transformaciones, a cargo del genio Rick Baker, son también de le mejorcito visto en una película de licántropos.



La Nota: un 5 (muy pelado)

P.D. Si la váis a ver, atención al genial guiño a Un Hombre Lobo Americano en Londres en la escena de Picadilly Circus.